Tipo Seis (el Leal) con Tipo Ocho (el Desafiante)
Que se aportan mutamente
Los Seis y Ochos del Eneagrama pueden construir una relación extraordinariamente fuerte y duradera sobre lo que es, en la raíz, una visión defensiva del mundo.
Ambos eneatipos sienten que la mayoría de las personas y el mundo son egoístas y poco confiables, y que su mundo es altamente impredecible.
Por lo tanto, uno necesita cuidar de sí mismo y de sus propios intereses (Ocho) y tener aliados fuertes y la habilidad de volver a levantarse de sus cenizas (Seis).
Tanto Seis como Ocho tienen profundos problemas con la confianza -y con encontrar personas en las que puedan confiar- y así, cuando se han encontrado y han pasado por un período de pruebas, su alianza puede ser sólida y profunda.
Una vez que se han unido entre sí, ambos eneatipos lo han hecho en un nivel profundo de su ser, y aunque la relación puede cambiar con el tiempo, nunca son indiferentes el uno al otro.
Ambos admiran y tratan de encarnar la fuerza, el compromiso con la palabra, el honor, la lealtad incuestionable, la responsabilidad, el trabajo duro, el coraje, el espíritu de protección y la lucha por los desvalidos.
Ambos son hacedores, y disfrutan de estar activos, realizando tareas, construyendo un mundo más seguro para sí mismos y para sus seres queridos.
Los Seis aportan calidez, el deseo de conexión y compromiso personal, una cierta lúdica y sensibilidad.
También son eneatipos mentales y traen escepticismo, pensamiento analítico y la capacidad de pensar en las decisiones y de prever los resultados y los problemas potenciales antes de actuar.
Por lo tanto, los Seis tienden a actuar como consejeros y lugartenientes de los Ocho que tienden a tomar la iniciativa y a proporcionar la visión y la audacia que a veces les falta a los Seis.
Los Ochos también traen franqueza y decisión, voluntad fuerte, confianza, un espíritu que puede hacer que está energizado por la adversidad y una inclinación a aceptar desafíos.
Los Seis tienden a admirar a los Ocho como su héroe, mientras que a los Ocho les conmueve la devoción y el coraje de los Seis.
Ocho son conscientes de sus luchas internas y de lo que se necesita para superarlas.
En que no se entienden
Tanto Seis como Ocho son emocionales, aunque ambos tienden a ocultar sus emociones y vulnerabilidades lo mejor que pueden.
Los Ochos lo hacen bajo un barniz de dureza y bravuconería, los Seis bajo un caparazón de defensa y bravuconería.
Ambos tienden a contraatacar y a pasar a la ofensiva cuando son amenazados, o cuando sienten que están siendo amenazados.
En general, los Ocho tienden a tomar el liderazgo en la mayoría de las relaciones en las que están y a establecer el tono y tomar decisiones.
Esperan que los demás les obedezcan y les sean leales.
Los Ochos pueden tolerar (o incluso divertirse) un ocasional resplandor de independencia por parte de los que los rodean, pero en última instancia, esperan estar a cargo.
En su mayor parte, esto también está bien con los Seis, excepto en aquellos momentos en los que los Seis sienten la necesidad de retroceder y probarse a sí mismos.
Necesitan mostrar a otros (incluyendo a los Ocho) que no pueden ser empujados o aprovechados.
Pueden surgir luchas de poder de todo tipo.
Esto es especialmente cierto en el caso de los Seis “contrafóbicos”, que en realidad pueden reaccionar de manera muy parecida a los Ocho, mostrando liderazgo, decisión e independencia (en el lado positivo), así como bravuconería, agresividad y desafío.
Los Seises que son más contrafóbicos tienden a meterse en peleas más abiertas con los Ochos hasta que ambos hayan determinado su territorio y cuán lejos cada uno puede empujar al otro.
Los Seis que son más abiertamente fóbicos (temerosas, tímidos, ansiosos) generalmente tienden a evitar confrontaciones con los Ocho; en cambio, tienden a no presentar ninguna amenaza abierta al dominio de los Ocho, mientras que son pasivo-agresivos y evasivos encubiertos.
Los Ocho pueden entrar en conflicto con los Seis fóbicos al sentir sus cualidades indirectas y cuestionadoras, y si los Seis son o no tan leales a las Ocho como ellos quieren.
Los Ocho pueden llegar a ser más o menos abiertamente despectivos si sienten que los Seis son débiles o vacilantes.
Los problemas en esta relación pueden ser exacerbados por la tendencia de los Ocho a ponerse furiosos, a amenazar la seguridad de los Seis, o a intimidar y jugar con las debilidades.
Compatibilidad del Eneatipo 6 con el resto de Eneatipos
6-1 6-2 6-3 6-4 6-5 6-6 6-7 6-8 6-9